martes, 30 de septiembre de 2008

Suave delirio.

Suave deliro que inquieta mi corazón,
tierna esperanza que ilumina mi pasión,
intrigante silueta que pone en riesgo mi fe,
agua fresca y bendita para apagar mi sed.

Sonrisa sublime que alienta mi paso,
meta soñada, que inspira mi voluntad,
puerto lejano que mira mi ocaso,
pasión delirante, mi exacta mitad.

Pedazo de gloria, que terrenal te conviertes,
y al palpitar de mis años mas vida les das,
le temo a que un día si tu te arrepientes
la muerte en tu olvido pudiera encontrar.

Fresco rocío de la aurora celeste,
comparte el calor matutino radiante,
con el otoño sereno de este ser delirante,
que cambia lo todo por sentirte un instante.

Flor colorida de los jardines colgantes,
dulce perfume, fragancia de diosa,
dame el castigo con esos desplantes
de no merecerte pequeña orgullosa.

Espada filosa que llevo clavada
y encadenada en mi corazón,
mi instinto no deja que sea liberada
por que se ha fundido sin tener razón.

Húmedo beso en tus labios carnosos,
fuerza divina que retan tus ojos,
cadera perfecta en cintura de reina
que cuando caminas me postro de hinojos.

Suave delirio que llevo en el alma
delicioso postre de vino y manzana,
tornado implacable que habita mi mente
mientras haya fuerzas y tenga un mañana.

Pedro Tapia.