martes, 8 de marzo de 2011

El sabor de mi mujer.

Me sabe a néctar tu boca
a caramelo almendrado,
a beso de amor eterno
lentamente cocinado .

Siento el vaho de tu aliento
en mi pujante vivir,
construyendo sobre piedra
la mansión de mi existir.

Tienes dejo de nostalgia
y de jazz acompasado,
en tacones me das ansia
de bolero a ti abrazado.

Sabes a leche recién cocida
y a turrón con mermelada,
y salpicada tu vida
de pequitas adoradas.

Me dejas sentir picante
el ardor de la inclemencia,
cuando dejo de mirarte
y me quema la impaciencia.

Me sabes a viento fresco
cuando sopla la mañana,
y a leña recién ardiendo
cuando entras en mi cama.

Briago me deja tu vino
cuando miramos el mar,
y si lo bebo en tu pecho
comienzo a desesperar.

Sabes a fruta recién partida
con vainilla azucarada,
y a jazmines remojados
en jarro de agua serenada.

Sabes a vida, sabes a amor
sabes a beso del corazón,
por eso te amo, mujer hermosa
por ser la causa de mi razón.

Pedro Tapia.