martes, 10 de noviembre de 2009

El Hipil de mi Boshita.

El hipil mas bello jamás mirado
que desborda en hilarante colorido,
casi logra que me de un infarto
arrancándome el ultimo suspiro.

Boshita hermosa que galante llevas
abrazándote el reboso, intuyo,
me muero de celos cuando se te enreda
en el pelo ese abanico tuyo.

Brilla el blanco de tu vestidura
a través de la parroquia entera,
desde el altar donde Maria es dulzura
no pasaste sin que Ella te viera.

Yucateca tan hermosa de tierra blanca sublime
sube a mi calandria para platicar
tímida flor voluptuosa que mis pecados exime,
quiero confesarte que me haces llorar.

En ese vaivén caprichoso que tu hipil me presume,
hace alarde la jarana y mi pecho se consume,
mis caballos están listos esperando en los andenes
para trotar despacito, una vez que tu lo ordenes.

Mira que estrenando vengo guayabera,
que bordó mi madre con las bendiciones
que murmuraba lenta mientras en la vera,
mi viejo le trovaba sus tiernas canciones.

Bendita mi tierra y sus bellas mujeres
encantos de romance que conocerás,
yo pongo el paseo y la serenata
tu dame esperanza que lo pensarás.

Pedro Tapia.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Leyenda urbana.

Del arrabal tolerante que lacera la existencia
surge la sombra indigente con silueta de poeta,
su mirada esta perdida por los rasgos de demencia,
sin embargo en su palabra se respeta lo coherencia.

Mal trecho por el cansancio que provoca la bohemia
se tambalea en la calle como sombra huracanada,
en su vaho deja constancia del licor que ahora lleva,
circulando por la sangre en sus venas incrustada.

Se sonríe con una dama que lo mira con desprecio
y le adorna con dos versos la prisa de su mañana,
el suplica le perdone lo descortés del encuentro
y tropezando se marcha haciendo un mejor intento.

El sol calienta su cara sin afeitar por semanas
y el saco que lleva puesto parece viejo y holgado,
en el borde de su pelo empiezan a lucir canas
la dieta de alcohol barato lo está volviendo delgado.

Siempre educado contesta y lucido lee los diarios,
se informa de los detalles locales y nacionales
te desmenuza una historia con sus propios comentarios,
y te dirige diciendo las cosas mas racionales.

Dicen que no saben como se llama este hombre
que hay veces que esta cantando como un ave campirana,
de pronto dejan de verlo y no hay nadie que lo nombre
y aparece cuando el frío aprieta de madrugada.

Solo pide como pago su trago que dure rato
y sigue lanzando versos y regalando poesía,
les declama y los absorbe en su mundo de arrebato
mientras canta y les compone con honda melancolía.

Se sienta en esa banqueta mientras se toma un caldito
que la señora del puesto le regala si hay poquito,
él en pago le declara adulaciones sinceras,
ella sonriendo queda complacida en sus quimeras.

Un día le platicaba, a un perro esmeradamente,
que tenia esposa y dos hijas pero que lejos vivían,
que no las veía por que seguramente
al mirarlo de indigente aun peor lo tratarían.

Otros dicen que no es cierto, que a gran alcurnia responde
que hay mujeres que lo han visto y lloran como novicias,
que en carros de lujo han llegado, a buscarlo y el se esconde,
y que en mas de una ocasión lo han mirado en las noticias.

Es una leyenda urbana del amor y el desamor,
la mezcla de sociedades tan distintas como son,
el se esconde en la inmundicia por que dice que es mejor,
que vivir hipocresías que transformen su interior.

Pedro Tapia.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

No te enamores de mi.

Por que fue tibio ese beso que sin permiso te di,
y en matemático abrazo tu cintura cubrí,
por los planetas del cielo te pido,
no te enamores de mi…

Fue tu cadencia nadando en la timidez,
por la que mi indecencia me hizo sucumbir,
fueron tus tiempos que abandonan su niñez
y la tristeza que adorna mi vivir.

Que no te confunda el respirar cortado
que tu pecho me ofreció exaltado
sintiendo el vaho caliente que te ofrecí,
suplico terco, no te enamores de mi.

No valgo ni siquiera el tiempo
que perderías tratando de entenderme,
no soy ni la mitad de eso,
que puedas tu merecerte.

Seria yo el tirano de tu corazón
si no me alejo pronto de ti,
y tu la sombra que nubla la razón
si te enamoras mas de mi.

¿Cuando has mirado a la primavera
cederle paso al opaco invierno?
¿Acaso no es ella la que mas brilla
cuando el sol derrite ese frío eterno?

Quizá mi verso o a lo mejor mi trato,
mas yo te imploro, por favor, no de mi,
¿No te fijas que el perfume te arrebato,
como a otras flores que deshojé por ahí?

Por que fue tierno y sincero el abrazo que te di,
y fundí mi pecho a tu corazón de carmesí,
te pido aceptando tu sonrisa complacido,
por lo que mas quieras, no te enamores de mi.

Pedro Tapia.

lunes, 2 de noviembre de 2009

La segura muerte.

El camposanto se encuentra
sembrado de cuerpos yertos
aquí no se discrimina,
por que todos están muertos

Ya no importan las alcurnias
ni apellidos, ni el dinero,
solo falta comprobarse
a quien olvidan primero.

Hay gente que fue enterrada
en su ataúd muy lujoso
otros que aceptó la tierra
en un petate mojoso.

Los gusanos no distinguen
el plato de su alimento,
ellos nacen y se sirven
y disfrutan el momento.

El tiempo sale sobrando
no hay murmullos ni rumores,
el sol taladra las lozas
y el silencio los temores.

No hay discordia ni lamentos
mucho menos carcajadas,
solo lloran por sus muertos
los de conciencias tajadas.

La muerte es la consecuencia
de haber nacido imperfecto,
no tiene tanto de ciencia
solo naces, y ya estas muerto.

Decía una vez el enterrador;
“solo una cosa en segura,
que la muerte ha de alcanzarte
y que para eso no hay cura”.

Pedro Tapia.


Ya comencé a extrañarte.



Ya comencé a extrañarte,
cuando me fui de tu lado
ni siquiera por un instante
esto hubiera yo pensado.

Ya empieza mi corazón
a latir con tu recuerdo,
ya pregunta la razón
y yo mis entrañas muerdo.

En los sueños de mis noches
te apareces y me besas,
me despiertan los derroches
que de tu amor me profesas.

En el tumulto de gente
te confundo con mil caras,
por mas que busco encontrarte
frustradas quedan mis ganas.

Ya comienzan los pensamientos
a parir desilusiones,
pero a ellos no les miento
estoy sufriendo a montones.

Por permitirle a mi orgullo
hospedarte en mis olvidos,
me amargo con el azúcar
de sacudir varios nidos.

Ando el camino frustrado,
descalzo en mis soledades,
de tachuelas empedrado
taladrando mis pesares.

Galopa el ansia de verte
tu moreno vientre sentir,
morder tu boca, ferviente,
mirar la gloria venir.

Ya comienza el desespero
como un sentimiento vil,
ya comencé a extrañarte
lo sabias cuando me fui.

Pedro Tapia.