sábado, 27 de febrero de 2010

Trepidante mi existencia.

Trepidante y majestuoso
por encima de mi piel,
manifestose el soberbio
olor a sexo y a miel.

Radiante solemnemente
por en medio de mi ser,
caminose complaciente
la dicha de mi placer.

Serenamente y tranquilo
me susurró el ego al oído,
diciendo que aquel guerrero,
que me gane, no ha nacido.

De mariachi y con jarana
lo advierte mi sangre en llamas,
por nacencia un buen mexica,
y en la Baja mis amarras.

Salerosa y sugestiva
surge mi sombra ligera,
que desprecia y armoniza
con mi alma y mi quimera.

Presumidas y valientes
hoy de blanco se apersonan,
sucumbiendo mis dos sienes
de veinte en veinte se asoman.

Suficiente y adelantado
el ímpetu me supera,
con coraje por vivirla
esta vida que me queda.

Irrepetible y burlesco
el tiempo que me he gastado,
apetecible y sosiego
el que me queda prestado.

No por ser el marcador
por en medio separado,
se amedrenta la distancia
al sepulcro preparado.

Femenina es esta gloria
que ha exaltado la existencia,
sea bendita la mía historia
de derroche y de excelencia.

Milagrosamente humano
siempre ha sido el procrear,
satisfecho, aunque no ufano,
mi semilla ha de quedar.

Fuerza vasta interminable
afanosa en el deber,
apenas va comenzando
la cosecha y el poder.

Pedro Tapia.