martes, 23 de febrero de 2016

Diciembre llego callado.

Diciembre llego callado
como el silencio del sueño,
con el frío que da la ausencia
y las luces que se apagaron.

Olvide algunos dolores
que me hicieron mucho mal,
pero encontré mas sabores
que me han hecho disfrutar.

Al empezar lo que hoy termina
las esperanzas eran tales,
que pensar hubiera asegurado
continuidad de navidades.

Pero el camino a veces termina
y no podemos seguir,
hay que meter reversa
y tratar de proseguir.

El amor de navidad es contagioso
y dan ganas de querer,
ansias de no estar solo
y valor de prometer.

Por eso valiente digo
aunque desdiga mañana,
me quiero y quiero el sabor
de mi soledad nevada.

Pedro M Tapia S.

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