jueves, 3 de abril de 2008

Historia de un gran amor

Parece que los años se hubieran convertido en un solo momento
Como si en el aire se hubiera mezclado nuestro juramento,
Más de tres mil días con todos sus minutos y todas sus horas,
Millones de cosas, unas que yo guardo, y otras que atesoras.

Cuando con audacia y sin temor a nada que hubiera pasado,
Viniste conmigo para que valore lo que es ser amado,
Tú huías del frío y del abandono, de la indeferencia y del mortal hastío
Yo buscaba un ser con tanta vehemencia, que me valorara, y me bañe en tu río.

Me escape contigo al refugio nuestro que era tan humilde,
Pues estando juntos nada que pasara era tan temible,
Y si bien es cierto que pasamos hambre y dolores inciertos
Nuestros cuerpos y sus corazones vivían contentos.

Te aferraste a mi vida como una raíz que se sumerge en la tierra,
Y yo instale en la tuya mi universo, y comenzó nuestra era,
Nos amamos con los ojos cerrados y nos burlamos del mundo,
Nos teníamos el uno al otro amándonos desde lo más profundo.

Y murió tu padre y con él, un pedazo de tu alma buena,
Y yo estuve ahí consolando tu corazón en pena,
Aunque sentía que el mío se partía cuando llorabas,
Para darte valor, lloraba más fuerte cuando no mirabas.

Y tu dolor me traspasaba el alma como algo sombrío,
Por que en su lecho de muerte yo no estuve con el padre mío,
Y sintiendo heredado el dolor que la muerte nos arroja,
Protegí la fragilidad de tu alma triste, por encima de la mía rota.

Y los retoños de nuestros jardines, la tempestad padecieron,
Pero con nuestra entereza y nuestro cariño, la adversidad vencieron,
Tan débiles e inocentes por las circunstancias impuestas,
Fortalecieron con su incondicional amor las angustias nuestras.

Siempre juntos caminando las cansadas jornadas diarias,
Por veredas empinadas y en condiciones precarias,
Pero al llegar a nuestra morada todo era gran diferencia,
Nos animábamos juntos sin importar la carencia.

Fueron nuestras vidas dos mundos que fusionaron en el planeta,
Latitud y paralelo que coincidieron en la felicidad completa,
Luz en la sombra que amanecía en nuestros horizontes lerdos,
Cirugía alentadora para nuestros corazones enfermos.

Nuestras pláticas nocturnas sorprendidas por el sol saliente,
Y nuestras tardes tan quietas con aroma de café caliente,
Los baños en la intimidad de nuestro espacio en nuestras horas privadas,
Disfrutando del jabón barato y nuestras toallas gastadas.

Pero nada era impedimento para acariciarnos el alma, y besarnos,
Y nada se interponía cuando se trataba de amor demostrarnos,
Eran tu cuerpo y el mío dos estrellas fugaces en el firmamento,
Eran dos llamas en una hoguera que se quemaban a fuego lento.

Siempre te preocupabas por mi salud, y en momentos dados,
Quitándome los zapatos revivías con tus manos mis pies cansados,
Y cuando yo posaba mis labios exploradores en tu espalda tersa,
Tu piel se erizaba como si estuvieras de una fiera presa.

Nada que fuera tan malo o tan decepcionante pudieron hasta la fecha,
Quebrantar el amor que te prodigo, o romper mi promesa hecha,
La que le hice a mi corazón y a mi vida, cuando por primera vez fuiste mía,
Jure adorarte hasta mi muerte y a cuidarte de esta vida impía.

Y hoy como si fuera lo vivido solo una historieta para colorear,
Estamos a punto de dejarnos, y el futuro de nuestras vidas desechar,
Solamente armados con las razones absurdas que vierte nuestro descontento,
Sin escuchar las palabras que nuestros corazones ahogan en su intento.

Que ironías provocamos en la vida, después de tanto luchar,
Llegamos al momento exacto donde no hay punto de retornar,
Utilizando de manera desechable los sentimientos que hemos roto,
Menospreciando la verdad y subyugando las palabras uno del otro.

Y sin embargo en diez años, esta educacion obsoleta nos deja la amarga experiencia,
De cargar a cuestas las culpas negadas como una obligada herencia,
Dos corazones maltrechos que no aprendieron a templar el acero,
Y con orgullo se ufanan de hacer lo correcto aunque se mueran por ello.

Por. Pedro Manuel Tapia Sanchez.

1 comentario:

MRB dijo...

Petapia:
Te concedo el premio Dardo por tus poesías tan inspiradoras. Pasa a recogerlo a mi blog.
Besos,
Shanty