jueves, 10 de septiembre de 2009

Una receta para acariciarme el alma.

Una receta para acariciarme el alma
podría ser esa sonrisa,
o una fresca brisa en mi cabeza,
quizá el beso de tu boca que me eriza
o el delicado susurro cuando rezas.

Y aunque el tiempo se devore los minutos
del transitorio recorrido en esta vida
siento que crece con las horas este fruto
que has madurado fusionándote a la mía.

Una receta para acariciarme el alma
suele ser tu bostezo en la mañana,
tu cabello descansando en mi almohada
y tus piernas a mi cuerpo entrelazadas.

Si bien es cierto que te amo y que me amas
no existiría explicación a tanto gozo,
si no escucharas mis palabras y mis miedos
si no arroparas con tu fuerza mi despojo.

Una receta para acariciarme el alma
descansa sobre el pedestal del crucifijo,
al que pedimos interceda por nosotros
cuando comienzan a pudrirse las entrañas.

Por que es de historias increíbles el amor
que pocas almas que se aman reconocen,
y hasta la muerte se llevan su dolor
disfrutándolo por que es de ambos ese goce.

Una receta para acariciarme el alma
son esas manos que me tocan y acarician,
son esos ojos que me sueñan cuando duermen
y esas palabras que me alientan sin malicia.

Siendo que siento que puedo amarte
con mas fuerzas de las que puedas soportar,
en mi egoísmo a veces no lo intento
por miedo al miedo que te pueda mi amor dar.

Una receta para acariciarme el alma
es escuchar tu nombre de mi boca pronunciar
que fluye amoroso, sereno y confiado
desde mi corazón que es tuyo hasta el final.

Pedro Tapia.

1 comentario:

Dromo dijo...

una receta para acariciar el alma
la mejor receta quizas sea
esa relacion tan profunda que
describres de corazon a corazon entre esas dos personas que se aman..

lo que mas me toco fue ver
que pueden existir relaciones
donde se complementen dos personas
que a la vez pueden ser fuertes
pero vunerables entre si,
eso de compartir los miedos
me parecio padre

saludos