viernes, 22 de mayo de 2009

Verso perverso.



Que tengo, que doy, y siento,
que miro, que escucho y voy,
que acierto, que muerdo y miento,
lo que aparento que soy.

Que sufro, que lloro, y vengo,
castigo, reprendo y huyo,
que estorbo, que lo aparento,
lo que mas amo destruyo.

Que amargo, que solicito,
que envidio, que doy dolor,
que aprovecho y que despacito,
cambio el rosa de color.

Que marco y que cicatrizo,
que abominable nací,
que el alma que yo palpito,
poco a poco la pudrí.

Que infrinjo la ley divina,
y que maldigo al amor,
que valgo menos que nada,
que beso sin dar sabor.

Que soy el maldito pleno,
que fastidio sin compasión,
y que solito acelero,
hacia la mía destrucción.

Que verso, despojo y uso,
que forzo, que niego y más,
que protejo del intruso
cuando no soy de fiar.

Perverso, malevo y ciego,
de cara de ángel celestial,
que finjo, y que dejo el cebo
para mi presa cazar.

Seré el maldito de los infiernos
que nunca nadie va a perdonar,
mas con mi vida que nada vale
la versión tuya no he de cambiar.

Pedro Tapia.

1 comentario:

MRB dijo...

Cuanto tiempo sin visitarte. Creí que había perdido tu correo y tengo una agradable sorpresa de haberte encontrado y volver a leer tus lindos versos. Este último es fuerte y crudo, pero no por eso descalificante. Muy bien logrado.

Un beso.