Esa mujer que vive bajo la sombra del amor
Y que suspira al pensar en mí cuando estoy ausente,
Es la persona que me trajo al mundo
Y que vive para amarme eternamente.
Esa mujer que ríe de felicidad cuando me mira llegar
Y que llora calladamente cuando me ve partir,
La quiero tanto que mi vida no alcanza
Para adorarle en vida y su nombre bendecir.
Esa mujer que me arropo en su vientre
Cual fiera salvaje protegió mi ser,
Que me durmió en sus brazos con ternura y siempre,
Cuido serena mis pasos por doquier.
Esa mujer sació mi hambre con el alimento divino
Que Dios permite a una madre otorgar,
De su propio cuerpo se saco la vida
Para que yo pudiera crecer y caminar.
Esa mujer bendice mi camino
Y al cielo implora que me valla bien,
Es mi ángel de la vida y siempre
Mi llegada espera para dormir también.
Esa mujer que todos tenemos en la vida
Y que todos debemos respetar,
Es la persona que nos abre el cielo
Para poder con Dios estar.
Esa mujer tan grande y tan amada
Tan sublime y adorada,
Es el ejemplo que nos deja en vida
Para que sea siempre venerada.
Esa mujer que no todos tienen la dicha de disfrutar con vida
Merece que la quieran sin límite y sin egoísmo,
No hagan sufrir a su mama les digo
Para que un día no les pase a ustedes lo mismo.
Por. Pedro Manuel Tapia Sánchez.
1 comentario:
Maravillosa reflexión!!!
Gracias.
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